MUSEO DE HISTORIA PRECOLOMBINA CASA DEL ALABADO
Esta casa del siglo
XVII fue construida siguiendo combinando lo hispano con lo aborigen y el
protagonismo de las técnicas indígenas en la arquitectura del nuevo mundo.
La
Casa del Alabado se construyó entre las plazas de San Francisco y Santa Clara.
Originalmente, la casa contaba con seis patios, siguiendo el patrón clásico de
la casa colonial española. El lugar sirvió como residencia, como espacio de
bodega, como molino y como locales comerciales en algún punto de su historia.
En la
década de los 2000, la casa pasó a manos de los fundadores del Museo, quienes
iniciaron un arduo proceso de restauración que tomaría aproximadamente 5 años.
Se procuró utilizar el mismo tipo de material y técnicas constructivas que los
implementados originalmente, para así conservar la esencia de la edificación lo
mejor posible. El proceso de restauración y montaje terminó en 2010, año en que
el museo abrió sus puertas al público por primera vez.
En el
museo de arte precolombino Casa del Alabado podemos encontrar una vasta
colección de piezas artísticas de antiguas culturas de nuestro continente,
mayoritariamente de culturas que se encontraban en el Ecuador, ya sean talladas
en piedra, cerámica u otros materiales. El recorrido por el museo es un
recorrido a través de la historia del Ecuador en la época precolombina desde
sus inicios hasta parte del final. Sin duda es un recorrido muy interesante y
curioso, que puede despertar la curiosidad de los visitantes por conocer más
acerca de cada cultura ya que el museo no se centra en describir a las culturas
a las que pertenecen las piezas, si no solo las expone y con breves carteles
nos indica cuál era el propósito de algunas y a qué cultura pertenece.
El
recorrido empieza en la sala llamada “El mundo primordial” y antes de ingresar
a la sala podemos ver una de las piezas más comunes de la cultura manteña (foto 1). En la primera sala podemos ver figuras relacionadas con el
flujo de la fuerza vital, representaban el crecimiento de las plantas, el poder
de los animales mágicos, la fuerza de la mano del hombre y el milagro de la
reproducción. Todos estos temas eran representados en forma de volutas,
espirales o laberintos ya que se trataba de simbolizar el movimiento continuo
del mundo viviente como un ciclo eterno en el que se nace, se muere y se vuelve
a nacer.
Continuando
el recorrido llegamos a la sala “El mundo de los materiales” en la que podemos
encontrar los diferentes materiales y técnicas utilizadas por las diferentes
culturas para elaborar los objetos, ya sea con motivo artístico, simbólico o
para los rituales. Los principales materiales trabajados en la época
precolombina eran piedra, arcilla, madera, hueso, concha, textiles de lana de
varios animales y algodón, oro, plata, cobre, platino y aleaciones entre estos
metales. Cada material tenía un valor simbólico diferente y de esto dependía su
uso.
Mediante
un proceso de fuerza espiritual los maestros de profundos saberes, visión
artística y gran destreza artesanal transformaban los elementos que les proveía
la naturaleza en objetos de uso cotidiano, artístico o para rituales. Esta
transformación servía de metáfora del ciclo vital, las semillas se convierten
en plantas, los muertos en ancestros. Toda la naturaleza cambia y el hombre
transforma con sus manos los elementos que esta le proporciona. El arte de la
transformación de los materiales fue una actividad sumamente espiritual, los
diversos materiales se convirtieron en elementos culturales que facilitaron la
vida humana y que la enriquecieron espiritualmente.
La
siguiente sala que nos encontramos es “Los mundos paralelos” en donde se
muestra el estudio del cosmos por parte de las culturas aborígenes. En la
cosmovisión indígena americana el cosmos está divido en tres mundos paralelo:
el supramundo de ancestros y espíritus buenos, el inframundo de espíritus malos
y el terrenal que es el mundo que se encuentra en la mitad, donde habitan
plantas, animales y los seres humanos. Muchos de los rituales y objetos de los
que se pueden encontrar en la exposición promovían la comunicación entre los
dos mundos y mantiene el flujo de energía vital, el equilibrio de la naturaleza
y la continuidad de la vida. Además se refleja la estructura dual del universo,
las fuerzas opuestas y complementarias como el día y la noche, lo masculino y
femenino, la vida y la muerte. Es por eso que en esta sala también se explora
la fertilidad y la abundancia.
La
siguiente sala que nos encontramos en el recorrido es “El eje del mundo” en
dónde se retrata la antigua creencia indígena de que existía un conducto de
comunicación entre los mundos paralelos llamado axis mundi. El chamán era el
encargado de establecer la conexión entre su comunidad y los otros mundos. Un
claro ejemplo del axis mundi es el árbol de la vida ya que tiene sus raíces en
el inframundo, atraviesa nuestro mundo para desplegar sus ramas en el
supramundo.
Los
portales que los chamánes usaban eran tumbas, lagunas, manantiales, cavernas,
espejos, troncos de árboles y huecos en la tierra. En esta sala al centrarse en
los chamanes podemos encontrar figuras representativas de ellos en posturas
verticales y de ritos entre otros elementos simbólicos.
La
siguiente sala continúa con el tema de los chamanes, se llama “El mundo espiritual
del chamán”. Los chamanes eran depositarios de conocimientos milenarios de sus
pueblos, se encargaban de los rituales necesarios para el bienestar común. El
chamán se comunicaba con espíritus poderosos y emprendía viajes espirituales al
inframundo en sus rituales. El chamán debía someterse a largos procesos de
preparación para estar listo para participar en el ritual, además para la
realización del ritual usaba indumentaria protectora como tocados radiantes,
ornamentos de diversos materiales entre ellos el metal, pintura roja y tatuajes
corporales. Su gran conocimiento de las plantas hacía que preparen mezclas
estimulantes y en algunos casos alucinógenas, las cuales se usaban en variados
rituales de carácter agrícola, bélico, o funeral. Los chamanes al tener que
enfrentarse a los espíritus de los mundos paralelos también eran considerados
guerreros.
La
penúltima sala que nos encontramos era “El mundo de las élites”. Aquí
encontrábamos en su mayor parte la indumentaria que utilizaba la élite de la
comunidad. Ellos eran los encargados del manejo del poder y el liderazgo. Se
adornaban con objetos elaborados con oro y otros metales, piedras
semi-preciosas y espóndylus. En los rituales realizados por la élite se
realizaban sacrificios y ofrecían prisioneros de guerra a los espíritus. La
estrategia social de la élite abarcaba el mantenimiento de la comunicación con
los ancestros y el manejo de otros poderes en los mundos paralelos, la
construcción de vínculos de parentesco y la creación de dependencias políticas
en el mundo terrenal.
La
última sala del recorrido es “El mundo del arte” aquí se encuentra la selección
de las piezas más hermosas o simbólicas de toda la colección del museo La casa
del Alabado. Detrás de esta sala se encuentra un jardín de forma vertical. Esta
sala es el espacio donde más se representa la intención artística de las
figuras que elaboraban las culturas precolombinas ya que las demás salas se
encuentran orientadas hacia la intención espiritual de las figuras.
El
museo en la antigüedad contaba con seis patios de los cuales se conservan
varios, y dos de ellos constan como parte del recorrido cerca del final del
mismo.
FOTOGRAFÍAS:
1. El mundo primordial
2. El mundo de los materiales
3. Los mundos paralelos
4. El mundo espiritual del chamán
5. El mundo de las élites
6. El mundo del arte
7. Otros lugares en el museo